¿Cuál es el tipo de amor que no sustenta una relación?
Este tipo de amor se acaba, pero, el verdadero no
«El amor se terminó» es lo que muchas parejas argumentan al terminar una relación. En realidad, el «amor» que ellos declaran que se terminó es el «amor romántico», idealizado y vendido en las películas, libros y también en las canciones. No obstante, este tipo de amor –que solo es un sentimiento– no soporta las intemperies del día a día en la vida de una pareja.
Pero, a final de cuentas, ¿Qué es el verdadero amor?
En una de sus epístolas, el apóstol Pablo define perfectamente las características de lo que es el amor.
«El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.» (1 Corintios 13:4-8).
Pero, si el amor es todo eso, ¿cuál es la razón por la que tantas parejas justifican como motivo del término de la relación el «fin del amor»? En el libro Matrimonio Blindado, la pareja de autores, Cristiane y Renato Cardoso, destaca que la llave para un matrimonio feliz es hacer las cosas correctas.
Los autores refuerzan que cuando lo correcto se hace en una relación, «el matrimonio funciona. Lo contrario también es cierto: si se hace mal, sale mal».
Las leyes de la relación
Renato explica que cuando Dios creó al hombre y a la mujer, estableció ciertas leyes que regulan esa relación y que si son respetadas, consecuentemente, generan vida en la vida de pareja.
«Lo que hace que una relación funcione es la obediencia a ciertas leyes de convivencia. Las leyes de la relación establecidas por Dios no son desconocidas por nadie. Cosas como perdonar, tratar al otro como uno quiere ser tratado, tener paciencia, servir, ayudar, oír, no ser egoísta, decir la verdad, ser fiel, respetar, tener buenos ojos, sacar la viga del propio ojo primero, cuidar, agradar, etc., son básicas para que exista una relación. Esto es lo que las personas saben que tienen que hacer, pero no lo hacen. Rompen esas leyes, y cosechan las consecuencias de eso», alerta.
Por eso, obedecer esas leyes protege la relación. Y como los propios autores enfatizan, «este poder está en las manos de la pareja y es responsabilidad de ambas partes».
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