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¿Has estado distraída?

Comprende por qué no debes andar inquieta, sino elegir enfocarte en el Señor Jesús

Últimamente, la vida ha exigido mucho del ser humano, principalmente de las mujeres. Ellas son madres, esposas, profesionistas, amas de casa, entre otras nomenclaturas relacionadas a las tareas que desempeñan. Pero, lo que una verdadera cristiana que quiere agradar a Dios no puede olvidar es que el Señor Jesús siempre debe ser prioridad en su vida.


Sucede que muchas mujeres, por tener tantos objetivos, deseos y preocupaciones, terminan dejando de escuchar y servir al Señor en su interior. Ellas se preocupan tanto por el «hacer», incluso para Dios, y olvidan «ser» más para Él.

Marta y María


Dichas mujeres viven como Marta. Conforme a lo que está escrito en la Biblia, ella fue reprendida por Jesús por haberse inquietado por tantos quehaceres cuando Él fue a visitar su casa y la de su hermana, María. En aquella ocasión, Marta hizo a un lado lo principal, que era escuchar lo que Él tenía que enseñarle, como está escrito: «Pero Marta se preocupaba con todos los preparativos; y acercándose a Él, le dijo: Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo el Señor, le dijo: Marta, Marta, tú estás preocupada y molesta por tantas cosas; pero una sola cosa es necesaria, y María ha escogido la parte buena, la cual no le será quitada.» (Lucas 10:40-42).


Las distracciones son perjudiciales cuando son la prioridad. Son cosas con las cuales hoy todos debemos tener cuidado porque es lo que más tenemos delante de nuestros ojos. Hoy muchas mujeres viven ansiosas porque no tienen a Dios, hasta las que lo sirven están sujetas a estar ansiosas, ya que son seres humanos y terminan distrayéndose.


María sabía que también tenía sus responsabilidades, pero no permitió perderse la «buena parte», que era estar con Jesús. María entendía que después lograría resolver sus quehaceres, ya que lo que necesitaba en aquel momento era la dirección de lo Alto.

Las actitudes en la Obra de Dios también pueden acarrear daños si no son tomadas con sabiduría y que el deseo de hacer mucho, aunque sea con buenas intenciones, no puede ser mayor que escuchar y aprender con Su Palabra. Muchas veces, en el afán de hacer mucho, olvidamos la buena parte y nos distraemos del enfoque principal que Jesús quiere: quedarnos a Sus pies y escuchar lo que Él tiene por enseñarnos y no dejar que los problemas y distracciones nos sofoquen.


¿Será que también has estado distraída con los quehaceres y, por eso, estás impidiendo la visita de Jesús en tu casa y en tu vida? Si te has identificado con Marta, entrega todo a los pies del Señor Jesús y colócalos como prioridad. Dios nos reprende, así como hizo con Marta, porque Él nos ama y quiere que salgas de esa situación de debilidad y distracción. Él quiere hacerte fuerte y verte escogiendo siempre la buena parte.


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