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¿Quieres tener una vida fuera de lo normal?

La nueva normalidad ha adormecido la fe de muchas personas,

pero es posible despertar para avanzar

La pandemia del nuevo coronavirus trajo varios cambios y uno de ellos es que tanto tú como el mundo se acomoden a la «nueva normalidad».

No obstante, ese concepto ha sido un refugio para las personas que tuvieron sueños estancados y pérdidas, además de que ha adormecido la fe de muchos de los que ven su propia condición.


La Biblia dice que, como hoy en día, hubo escasez de recursos en la época de Isaac, hijo de Abraham. Hubo «hambre en la tierra […]. Y se le apareció el Señor, y dijo: No desciendas a Egipto; quédate en la tierra que yo te diré. Reside en esta tierra y yo estaré contigo y te bendeciré» (Génesis 26:1-3).


Con este pasaje entendemos que hay una gran diferencia entre enfrentar dificultades estando solo y cuando se está con Dios. Si estás en el desierto sin Dios, puedes tener una licenciatura, posgrado, hablar varios idiomas o ser elogiado por tu talento, pero te sentirás perdido. Sin embargo, con Dios en el desierto, te conviertes en un manantial de aguas.


Más adelante, en el texto bíblico, Isaac tomó una actitud: «Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno. Y el Señor lo bendijo.» (Génesis 26:12). Él no se quedó de brazos cruzados. Él sembró, tuvo actitud, actuó y no miró las circunstancias. Si Dios te bendice, no hay crisis, pandemia, nada que te avergüence.

Tres grupos


Esta pandemia ha revelado a tres tipos de personas. Las primeras viven de manera «normal»: ellas tienen una fe pasiva. La pandemia y la crisis están ahí y, para ellas, es normal perder, ya que todo el mundo está perdiendo o desempleado.


Las segundas viven en la «nueva normalidad»: estas personas hasta obtienen conquistas, pero no ven la grandeza de Dios. Siempre están adaptándose a las situaciones, pero no logran ver lo extraordinario, porque su fe es limitada.


Finalmente, están las terceras, que están «fuera de lo normal». Este tercer tipo se constituye de quienes provocan lo sobrenatural de Dios. Irse a un lugar mejor durante la crisis es normal. Pero, como Isaac, sembrar y en el mismo año cosechar ciento por uno al punto de volverse muy rico está fuera de lo normal.


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